viernes, 8 de agosto de 2008

Narciso y Goldmundo .... seguí derecho o doblá en la esquina

A Goldmundo lo pescaron, lo mandaron a un calabozo y a la mañana siguiente iba a la horca, más trágico si fuese a la guillotina. Le ataron las manos y ahí lo dejaron, sabiendo que eran sus últimas horas no era posible dedicarlas a dormir, se le cruzaron muchas imágenes por la mente, recordó sus últimos años, bah, todos sus años desde que decidió ser un gitano, le hubiese gustado despedirse de algunos personajes, se preguntaba por el destino de otros tantos, pensó en cómo hubiese sido su vida si se quedaba en el convento con su amigo Narciso, quizás hubiese tenido un lugar fijo, algo que se le asemeje a un hogar, qué sería de su amigo? El abad que se encontraba de visita en el castillo pidió que le dejen confensar al condenado al ver que lo encarcelaban. A la mañana siguiente, Narciso fue a confesar a Goldmundo, no lo dejó hablar, lo liberaron. No se habían visto por años, Narciso se quedó en el convento de por vida mientras Goldmundo vivía la vida errante, se volvieron juntos.
Narciso fue quien hizo que Goldmundo descubra la vida, quien lo despertó. Lo guió hacia la madre, le sacó la venda.
Ahora, ya viejos, Goldmundo se moría, había vivido. Narciso, era un abad, creía que la vida se trataba de acercarse a dios mediante la oración, castidad, ayunos, silencios, soledades etc, su amigo se moría y él descubría que, Goldmundo estuvo siempre más cerca de dios que él, aunque ya no fuera un creyente de primera, lo representaba en su arte, tallando madera, haciendo figuras tal como había aprendido en una de las ciudades en las que estuvo. Narciso ya no tenía tiempo de cambiar, no podría sentirse tan cerca como Goldmundo. Sin embargo, todo lo que Goldmundo logró, fue gracias a Narciso. Los dos buscaban la verdad de la vida, transitando diferentes caminos.
Narciso se quedó dentro del convento y Goldmundo salió.

De saber que al otro día uno muere, cuántas cosas querríamos hacer. Lo bueno es que después uno no va a arrepentirse. Lo bueno es que se vive como se quiere, nadie garantiza que un camino sea el verdadero. Ni Narciso ni Goldmundo lo encontraron como para poder imitarlos, quizás... con un NarMundo (creando palabras como Mr. Lewis Carroll) hubiese sido posible encontrar el equilibrio, aunque también aburrido.
Por mi parte prefiero un Goldmundo, después de todo... quién te quita lo bailado? Narciso tenía lo suyo, pero uno tampoco puede llenar su vida de fragmentos de vidas ajenas.

1 comentario:

Jota dijo...

Yo ya sé lo que voy a hacer el dia que me digan: "Te quedan XX días de vida".

Pero sinceramente no lo puedo decir porque voy claramente en cana.

besos D.