De Princesas y Mariscales

Hace no mucho tiempo a una pez globo le otorgaron el título de Princesa de las Borboletas, era por fin una Princesa como quería, todas las borboletas del mundo respondían a ella y vivían todas felices.

Al mismo tiempo, un caballero fue honrado con el de Mariscal Nestor Vitor.

Antes de portar títulos nobles, eran dos personas corrientes pero no comunes, que se habían enamorado después de una larga amistad, muchos almuerzos al aire libre con pajaritos de colores sobrevolandolos y, escapadas de sus obligaciones a una terraza con Mirtha Legrand de testigo.

Juntos emprendieron un viaje al país de las tierras amazonas y, fue allí donde ella se convirtió en Princesa y él en Nestor Vitor. A su regreso al país natal, mantuvieron sus honores, se supone que hasta el día de hoy los mantienen, pues siguen vivos.

El otro día vi "La escafandra y la mariposa", el pobre hombre postrado dice que solamente le quedan dos cosas, su memoria y su imaginación. La escafandra es su cuerpo y, claramente la mariposa, su imaginación para sobrellevar tal situación. Si una es Princesa de las Borboletas, tiene entonces que poder usar su imaginación para lo mismo, la suya con la ayuda de todas las borboletas de su principado, es como una gran masa de imaginación que vuela y tiene tantos colores como los de las alas, pero dura tan poco como la vida de cada una de ellas.

Las Princesas viven de sueño en sueño, con un pie adentro y el otro fuera del mundo real, los Mariscales tienen que ser racionales, no se llega a ser el máximo de un ejército por seguir impulsos o sentimientos. Quizás que a ella esto fue lo que más le costó entender.