jueves, 19 de febrero de 2009

Exprimiendo el cerebro como una mandarina

Una vez más que te aparezcas sin permiso en mis sueños ... voy a tomar el control de tu mente tan protegida que te gusta mantener, hacer un revuelto con tus pensamientos para que tu termostato se descalibre y no puedas regular nada. Voy a bailar con tacos aguja en la sección de las terminaciones nerviosas, en el cerebelo, voy a hacer burbujitas de jabón ahí donde tengas guardado tu vocabulario académico para luego poder hacer malabares con tus palabras, voy a gritar con toda mi fuerza allí donde mantenes los recuerdos para ver cuáles tienen eco, seguramente quiera saltar a la soga tomando cada uno de tus traumas para que sientas que dan vueltas y vueltas sin sentido, si tenes ganas te puedo llevar por un tubo mágico hacia la lógica, a lo más profundo de tu razón para que ahí mismo la corte en pedacitos y me descostille de la risa viendo tu desesperación para que todo vuelva a quedar en su lugar, para que te entretengas armando el rompecabezas de tu raciocinio. Cuando vaya en patines hasta la materia gris voy a jugar al ahorcado con tus neuronas y con las que sobrevivan vamos a hacer tiro al blanco, las pondré en filita como patitos y bum, bum, bum. Pensé que sería divertido invitarte a que bailemos juntos en el medio de todo el desastre que hice y que los dos contemplemos las imágenes que de nosotros te quedaron para terminar con carcajadas y descerebrado.
Cuando terminemos prometo ayudarte a guardar a guardar cada cosa en su lugar, despacito y sin romper que mañana hay que volver.
Como no creo que te divierta, espero que de esta forma, al menos dejes de aparecerte sin aviso y aguardes la invitación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, un placer leerte.

Jota dijo...

Desde las 2.05AM del jueves, un premio de ésos que no se pueden dejar pasar estará esperándote en MdP!

Hasta entonces

J

Sir Nenon dijo...

Solamente, y perdón la diferenciación genérica, una fémina puede amenazar con tanta significación. Es una queja, una amenaza y una catarsis. Una vez más, un triunfo del mundo maravilloso, para acometer en las fustas de la gris realidad. Igual, el plano onírico, tal vez, sea el más difícil de dominar, pues es allí donde perdemos toda compostura.