miércoles, 19 de noviembre de 2008

Me cansa tener gente alrededor

La idea del eterno retorno le daba vueltas, una vez es nunca, las decisiones son siempre demasiado leves para el conjunto del universo, no hay forma de pensar en el que hubiera pasado si, nunca lo sabría, los acontecimientos suceden una sola vez; si tuviéramos dos vidas, quizás tendríamos la posibilidad de saberlo. No es el caso, podemos ser eternos e inmortales pero, solo tenemos una existencia.
La idea de poder borrar ciertos momentos de esa existencia, solo para ella, se le presentaba como una gran dicotomía: quiero olvidarlo pero, y si de ahí en más se hace adicta a la idea? Si decide borrar todo aquello que le duele? Y si su existencia termina entonces vacía de recuerdos?.
Estaba segura de que por una vez lo haría, le dolía pensar que ya no era parte de la aquella otra existencia y esencia, que solo era un recuerdo del pasado. Le daba bronca la capacidad de la otra parte de bloquear cualquier sentimiento, reacción y deseo que pudo haber tenido desde que se dijeron basta. Envidiaba esa cualidad Trató de convencerse de que era pasando por todo el dolor la única manera de crecer, que la hacía más fuerte, que la llenaba de pureza y la convertía en mejor persona, sentía que si no había despertado en ella el odio, significaba que todo lo que tenía no era mas que bueno, pero eso la llevó a pensar que de nada le sirve, que los buenos no son siempre los que mejor terminan y que además, qué significaba ser buena? Buena en esencia? Buena en su existencia? No quiso entrar en la culpa judeo cristiana, en la que la gran mayoría vivimos y usamos según nos convenga, no pensó en que por algo le pasaba, algo debió de haber hecho, si pasaba por esto, lo que viniera iba a ser mejor, siempre podría estar peor.
No es sano tampoco que viva de recuerdos. Recordarlo simplemente como algo bueno, no era lo que la hacía feliz en ese momento, no la sacaba del lugar donde se refugiaba. Tuvo miedo de que fuera una obsesión, de que durara para siempre y que tuviera que cargar a otras personas con el peso de que sean como él.
No tenía mas que preguntas, todo lo cuestionaba, junto con la idea del eterno retorno, le nacían las ganas de dormir en paz, sin la imagen de lo que no siguió, de lo que ya no existe, así mientras entraba en ese trance donde, por un par de horas y si lo que regulaba su sueño le permitía, iba a no pensarlo, no quererlo, no extrañarlo, no desearlo, iba a no amarlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

wow

Sir Nenon dijo...

El camino no parece errado. Si al fin y al cabo compramos ilusiones, construimos ideas. Nunca se deja de amar esa idea en un recondito lugar del espacio tiempo, que ya por caprichos de una perinola astral, no esta en nuestro espacio ni nuestro tiempo. Fue una vez, y junto con el rencor, el dolor y los traumas, terminamos agradeciendo.
Me encantó el texto.

Ale Do Carmo dijo...

Sos caprichosa

Anónimo dijo...

es exactamente lo q senti aquella vez ... tuve la suerte de q el final haya sido el deseado (o tal vez la no suerte)
pero ese sentimiento me dejo ver muchas otras cosas ...
no dejes nunca de sentir ... pero no te olvides q (lamentablemente) solo de vos depende tu vida y mirar para adelante. No dejes q esa gente de tu alrededor le quite la posibilidad a otra gente de hacerte feliz ...
los sueños sueños son ...