D: Hola, me das dos porciones de cheesecake y una de marquish (así lo escriben en la tortería) para llevar por favor? Doy una vuelta por la plaza y las vengo a buscar.
Paseo, me encuentro con un amigo con su amigo, vamos para el mismo lado por lo que les pido que me acompañen a buscar mis tortas, bolsita en mano me dispongo a continuar mi camino.
- A dónde vas con las tortas? te vas a tomar el té?
D: tengo que hacer un escrito para la facu, el azúcar me hace pensar mejor
- Pero, las tres son para vos?
D: por supuesto, soy la que tiene que escribir
- Te falta mucho para recibirte?
D: La verdad que si, por?
- Por nada, buena onda que las comas sin culpa. Pero manejalo, cuando te toque la tesis vas a tener un pico diabético.
Llegué a mi casa, me hice un cappu gigante, comí cheesecake, pensé, dormí, comí marquish y en ese momento lo sentí, brotaban de mi las ideas como el chocolate del volcán.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
sensacional. Me pasa lo mismo, casi que no puedo tener una buena idea diaria si no incorporo mucho azúcar. En cualquier formato: torta, chocolatín, alfajor, havannete o, incluso, un sobre de azúcar directamente a la boca...
drogona
Publicar un comentario