jueves, 25 de diciembre de 2008

Que el fin del mundo me pille...

Bailando a la luz de la luna y a la orilla del mar como lo tengo planeado.
Con la mente en otra dimensión. Sin Simone, sin Milan, sin Hermann, sin Jean-Paul, sin Lévi y todos mis maestros.
Lejos de mis amigos pero cerca de mi familia.
Bebiendo de las copas más lindas, que se encuentren siempre llenas.
Vestida de princesa como corresponde, con la bombacha rosa y con un cortejo de piratas.
Descalza.
Feliz por todo lo que logré en el año.
Con 12 uvas, arriba de una silla, tirando monedas para atrás, dando una vuelta a la casa con la mochila, comiendo la cucharada de lentejas, con las flores para tirar al mar y fundamentalmente, me encuentre en estado de poder cumplir con cada una de esas supersticiones.
Sin hacer un plan de vida para el año que comienza, este no lo hice y sin embargo me ha ido bastante bien.



Es encantador que pueda sentirme así.

1 comentario:

Jota dijo...

la verdad que sí, encantador